Gino Pauselli y Andrés Schelp – Asia, primer objetivo para la política exterior argentina

Argentina siempre ha mostrado dificultades en la elaboración e implementación de su política exterior en momentos de transición global de poder. Ha sucedido durante el declive de Gran Bretaña, el ascenso de Estados Unidos, los años de bipolaridad de la Guerra Fría y, en los últimos años, lo observamos con el ascenso de China.

Esto puede ser resultado de lo que Roberto Russell llamó desmesura de la dirigencia política. Los excesos se vislumbran en la necesidad que parecen tener los distintos gobiernos del país de demostrar y hacer evidente la posición de la Argentina frente a las grandes potencias. Las relaciones carnales de Menem fueron la sobreactuación del acercamiento a Washington. La confiscación de armas y equipos estadounidenses en Ezeiza en 2011 y el acercamiento a los «rebeldes» de la sociedad internacional durante los años del kirchnerismo fueron las señales que se buscó dar para despegarse del alineamiento automático a Estados Unidos, una potencia en declive según la cosmovisión de los dirigentes en ese momento en el poder.